Las necesidades de salud en la región mesoamericana se están incrementando rápidamente y haciéndose a la vez más complejas, debido a la interacción de múltiples factores demográficos y sociales relacionados con la transición epidemiológica, el envejecimiento poblacional, el surgimiento de riesgos ambientales y la creciente interacción entre las poblaciones de cada país, en un entorno globalizado.
Los viejos problemas tienden a exacerbarse en el entorno global, aun cuando la cooperación multinacional presenta oportunidades para su solución. Tal es el caso de la desnutrición y las enfermedades transmitidas por vector, como paludismo y dengue; la reemergencia de la tuberculosis asociada a VIH/ SIDA, y las deficiencias en la calidad de la atención del embarazo, parto y puerperio, que ocasionan tasas de mortalidad materna elevadas. Estos problemas de salud conforman un perfil epidemiológico de carácter regional con determinantes sociales compartidos que pueden beneficiarse de una estrategia de solución que combine la acción nacional con la regional, aprovechando los bienes públicos en salud que existen a nivel global y regional.

















